Mermelada de autor
Empecé a hacer confituras artesanas con el que la natura salvaje me ofrecía: moras, cerezas, higos y manzanas. Cada vez las hacía mejores, y esto me llevó a transformar los productos del huerto: cebollas, tomates, pimientos y calabazas. Las venía a los mercados y pronto no tuve bastante con las frutas y verduras que yo misma cultivaba.
Ahora compro los mejores melocotones, ciruelas, manzanas y peras directamente a los campesinos. Frutas maduradas a los árboles que cosechan para mí en el punto óptimo, ni demasiado tarde ni demasiado pronto. Las mermeladas, confituras, jaleas, chutneis y patés de setas son una excelente manera de transformar y conservar los productos de temporada; una forma de alargarlos en el tiempo, de consumirlos cuando, en invierno, ya solo queda el recuerdo.
Las especies y hierbas aromáticas que potencian y enriquecen los sabores de las mermeladas son de la Suzette Boringer, de la Herboristería Nogué de Osario, que también fue una de las primeras repobladoras de esta parte del Pirineo: tomillo, melisa, albahaca, espliego, flor de saúco. Son ideales para los chutneis y las jaleas. Flores como el diente de león, las rosas y las violetas son la base de productos originales y únicos.
En otoño, las setas son materia prima para los patès: boletus, negrillas y rebozuelos. Los níscalos en vinagre son buenísimos y uno de los productos estrella de Cal Casal. La esencia del territorio en estado puro.
Puse el nombre de la casa a mis productos: Mermeladas Cal Casal. 35 años de experiencia han dado para crear unos sesenta tipos diferentes de sabores de la más variada composición y combinación. Especialidades imposibles de encontrar en grandes cantidades. Productos de autor, exclusivos que aportan placer y que enriquecen platos dulces y salados que matizan y potencian los sabores.
Cada uno de los botes de mermelada que salen de mi obrador contiene un trozo de mi alma. Soy feliz cuando me decís que comerlas ha sido una experiencia, la dulzura de una cereza o de un melocotón maduro; la acidez del tomate, los pimientos y los chutneis, la contundencia de las setas… deseo que os trasladen al verano mientras almorzáis delante de la chimenea, o al bosque mientras estáis en la ciudad.
Mis mermeladas no llevan conservantes ni aditivos artificiales: azúcar moreno de agricultura ecológica y zumo de limón son suficientes para mantenerlas mucho tiempo en perfecto estado. La mejor fruta, amor y respeto por el producto, paciencia y tiempo son los ingredientes principales.
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